Lo sencillo es lo importante.
Hablemos de lo sencillo, de lo pequeño y sencillo. ¿Qué está pasando con los niños y adolescentes? Parece que el malhumor se apodera en muchos momentos de ellos, les cuesta ilusionarse, agradecer… La educación cada vez es más complicada.
Estamos creando una infancia adicta a experiencias fuertes, a los “efectos especiales”, a que se acostumbren a moverse por emociones inmediatas. Parecen convertirse en consumidores emocionales. Se les pone delante la posibilidad de consumir emociones inmediatas, gratificación instantánea, “lo quiero, lo tengo” y esto va directo a la frustración. Lo cual se traduce en apatía, falta de interés, flojera, laxitud… ya que su cerebro es muy vulnerable aún.
Tenemos que ayudar desde la infancia a que los jóvenes tengan pensamiento crítico, que ante tanta información aprendan a discernir. Los niños reciben incesantemente información y no tienen el filtro para distinguir lo bueno de lo malo. Y ellos se quedan en la emoción vibrante.
A pensar se enseña, es un camino donde la ilusión, el asombro, la reverencia, la pausa, el aburrimiento, la espera… tienen su papel importante. Cuidar la infancia para que sean jóvenes sanos es la misión de El Puente Azul. Lo sencillo es importante. La imagen que acompaña el texto es grandiosa por la sencillez de lo que encierra.