Los primeros años de vida.

Los primeros años de vida.

Los primeros años de vida tienen una gran repercusión en el futuro de un niño: en su desarrollo cerebral, en su salud, su felicidad y su capacidad de aprender.

En esta etapa, el niño experimenta el mundo y aprende principalmente a través de la actividad física y los efectos de los estímulos físicos. Así, el objetivo de la educación Waldorf en la primera infancia es nutrirlo a través de espacios físicos que conduzcan el aprendizaje, mediante la exploración y el juego.

En este septenio, el niño aprende por imitación; todo lo que está a su alrededor lo absorbe y lo integra sin un filtro racional o consciente. Por este motivo, resulta imperioso propiciarle un entorno que le ofrezca adecuados ritmos y actividades con sentido real, respetando y valorando su infancia, para que a través de la imitación se estructure todo su ser.

En esta etapa el cuerpo del niño pequeño, en su totalidad, es un órgano sensorio abierto a todo tipo de impresión. El niño es extremadamente sensible a su entorno inmediato. Una palabra, una expresión, una mirada tierna, los materiales, las formas, el ambiente y orden de las cosas, así como los pensamientos positivos de las personas en su entorno, todo moldea y forma al niño de la misma manera que lo hacen el nerviosismo, los actos insensatos y los gestos de mal genio. Nada es baladí en esta etapa. Todo es importante y muchas veces vemos que no se atiende correctamente. Cada vez hay más niños con falta de ritmo, sueño, sobreestimulados, con poco contacto con la naturaleza… y todo esto afecta. Esta foto resume momentos de la atención y cuidado que ofrecemos en @elpuenteazul donde los niños están tan tranquilos que a media mañana duermen relajadamente, y se sienten tan en confianza con sus compañeros, que se dan ”la manita”.

#cuidaloimportante #cuidaresinvertir #invertirentufamilia #bienestarenlainfancia #waldorfenvalladolid #valladolid #crianzaenvalladolid #unoatresenvalladolid